La perra murió en un accidente de tráfico, en el pueblo ruso de Filippovka, y su amigo ha pasado una semana abrazándola.
Un perro ha estado una semana cuidando de una perra muerta, después de que muriera en un accidente de tráfico, en el pueblo ruso de Filippovka, en la región de Perm.
Su fiel amigo la arrastró desde la calzada al margen del vía y ha pasado una semana abrazándola y calentándola «como esperando que vuelva a la vida», según han relatado los vecinos.
Los han apodado Romeo y Julieta y aunque han intentado arrebatarle el cuerpo de la perra muerta para enterrarla, el perro no deja que nadie se acerque a ella. Una historia que ha conmocionado a todos los vecinos de este pequeño pueblo de Rusia.
Vía: eitb