El Saluki, conocido comúnmente como el perro real de Egipto, es quizás la casta más antigua que se conoce de perro domesticado y el más antiguo de los lebreles, se cree descendiente de los lobos del desierto de Ara. Los beduinos los tienen en gran estima y los utilizan para la cacería de gacelas y como animales de compañía.
Al igual que en el caso de algunas otras razas caninas en Estados Unidos, incluyendo el Basenji y el Podenco portugués, la población actual de Saluki desciende de un número pequeño de los primeros perros en ser introducidos al país desde el siglo XIX.