Dálmata

Dálmata

El origen de los Dálmata, aún se desconoce y sólo se basa en conjeturas. Las cifras en antiguas tumbas faraones egipcios y algunas pinturas a partir del XVI hasta mediados del siglo XVIII, sugieren que el Dálmata cuenta con miles de años.

Ciertas crónicas eclesiásticas del siglo XIV, sugieren que el origen del Dálmata se sitúa en la región del Mediterráneo oriental, concretamente, en la zona de la costa de Dalmacia (Croacia). Las primeras imágenes son de pintores italianos del siglo XVI y un fresco de Zaostrog (Dalmacia) que se puede fechar alrededor de 1710.

En 1792, se publicó una obra de Thomas Bewick, en el que puede verse la descripción y el dibujo de un Dálmata. El estándar del Dálmata fue escrito por primera vez, en 1882 por un inglés llamado Vero Shaw. Convirtiéndose en 1890 en un estándar oficial.

Su pelaje es corto, duro, denso, suave y brillante. El color base es blanco puro, moteado con manchas negras, también existe moteados con marrón. La alzada ronda los 61 centímetro y puede pesar una media de 29 kilos.

El Dálmata es un perro equilibrado y proporcionado, su distintivo son las manchas negras, es fuerte, musculoso y muy activo.

El un perro que necesita recibir ordenes claras y coherentes, necesita que se le marquen bien los límites. En cuanto aprende es muy obediente.
El Dálmata es un perro muy sociable, no es ni tímido ni reservado, y no es agresivo. Por otro lado, es un excelente perro de compañía, muy fácil de entrenar y muy amistoso. Le gustan los niños, aunque no siempre soporta bien los juegos brutos de los más pequeños, en esas situaciones puede reaccionar con agresividad.

Es además muy audaz, buen cazador, excelente guardián y un fiel compañero. Es un perro muy sensible y no le gusta estar solo.

Dálmata

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